Salud mental de la Generación Z: redes sociales y bienestar emocional

Salud mental de la Generación Z en España —jóvenes nacidos entre 1995 y 2010— ha crecido con internet en la palma de la mano. Las redes sociales son su medio principal para expresarse, informarse y conectarse. Pero a medida que su presencia en plataformas como Instagram, TikTok o X se intensifica, también lo hace la preocupación por su salud mental. Esto es lo que necesitas saber.

Un problema que no deja de crecer

El “Barómetro Juvenil 2023” elaborado por Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud es contundente: el 59,3% de los jóvenes de entre 15 y 29 años reconoce haber sufrido algún problema de salud mental en el último año. Este dato refleja una realidad alarmante, respaldada por UNICEF, que estima que el 41,1% de los adolescentes de 13 a 18 años ha atravesado o cree haber atravesado una crisis emocional o psicológica.

Detrás de estas cifras se esconden síntomas como ansiedad, depresión, baja autoestima y conductas autolesivas. Y aunque el contexto postpandémico ha amplificado la crisis, el factor digital merece especial atención.

¿Redes sociales: herramienta o amenaza?

Una de las grandes paradojas de esta era es que, aunque las redes sociales permiten una conexión sin precedentes, también pueden alimentar la soledad, la comparación constante y la presión por la validación externa.

Estudios recientes de la Universitat Oberta de Catalunya y la Universidad Pompeu Fabra muestran que uno de cada cinco jóvenes pasa más de dos horas al día en TikTok. Este tiempo de exposición se relaciona con un mayor riesgo de insatisfacción corporal, trastornos del sueño y estrés psicológico.

Además, más de la mitad de los adolescentes entrevistados considera que las redes sociales más utilizadas son peligrosas o muy peligrosas para su salud mental. La sobreexposición a ideales de belleza inalcanzables, discursos de odio o la cultura del “siempre feliz” puede generar un impacto emocional profundo.

El silencio también duele: barreras para pedir ayuda

A pesar de que la salud mental es cada vez menos tabú, pedir ayuda sigue siendo un muro difícil de escalar para muchos jóvenes. Según el barómetro mencionado, el 51,4% de los adolescentes que ha tenido un problema de salud mental no buscó apoyo profesional, y uno de cada tres no lo contó a nadie.

¿Por qué este silencio? Las principales razones apuntan al desconocimiento sobre dónde acudir, la percepción de que el problema “no era tan grave” o el miedo a ser estigmatizados. Esta falta de acción puede agravar los síntomas y llevar a situaciones críticas.

Por otro lado, España arrastra una deficiencia estructural: solo cuenta con 5,14 psicólogos por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea es de 18. Este déficit limita seriamente la capacidad de respuesta del sistema público de salud.

Recursos locales en Gandia: cercanía y acceso inmediato

En Gandia, se ha implementado un programa pionero para acercar la atención psicológica a los jóvenes. El servicio “Parlem“, impulsado por el Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunidad Valenciana, ofrece asistencia psicológica gratuita y sin cita previa a jóvenes de entre 12 y 30 años.

  • Disponible de lunes a jueves, de 16:30 a 19:30 h.
  • Ubicaciones: Consell dels Joves, Biblioteca Santa Anna, Oficina MediaProp y el centro social del Grau.
  • Presupuesto inicial: 50.000 euros.

Además, Gandia cuenta con:

  • Centro de Salud Mental de Gandia 1gva.es (C/ Benicanena 52, Tel. 961 983 840)
  • Cruz Roja Te Escuchacruzroja.es (Tel. 900 107 917)
  • Fundación ANARanar.org (Tel. 900 202 010)
  • Teléfono de la Esperanzatelefonodelaesperanza.org (Tel. 717 003 717)
  • Zicofyzicofy.com – herramientas digitales de salud mental como ZicoAsis y ZicoChat IA

Estos recursos pueden marcar la diferencia para jóvenes que necesitan ayuda inmediata, confidencial y accesible.

Caminos hacia un bienestar digital

La solución no está en demonizar las redes sociales, sino en fomentar su uso consciente. La alfabetización digital emocional debería formar parte del currículo educativo desde etapas tempranas. También es clave empoderar a los jóvenes con herramientas de autoconocimiento y resiliencia.

Los expertos coinciden en que la clave está en equilibrar el tiempo de pantalla con actividades offline, priorizar relaciones reales y filtrar los contenidos consumidos. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de generar entornos digitales más seguros y de invertir más en salud mental pública.

Conclusión

La salud mental de la Generación Z es una prioridad urgente. Frente a los riesgos que plantean las redes sociales, es vital construir redes de apoyo reales, accesibles y sostenibles. Escuchar, acompañar y actuar a tiempo puede marcar toda la diferencia. Porque pedir ayuda no es señal de debilidad, sino de valentía.

Descubre más artículos interesantes >>AQUÍ<<