De la cueva del Parpalló a la romanización
Historia de Gandía: Mucho antes de ser una ciudad vibrante del Mediterráneo, Gandía ya acogía vida humana en la prehistoria. Durante el Paleolítico superior, el hombre de Cromañón habitó la cueva del Parpalló, una de las más importantes de Europa por su arte mueble. Este rastro prehistórico se complementa con hallazgos en las cuevas del Barranco del Llop y la de las Maravillas.
Posteriormente, el territorio recibió influencias íberas y romanas. El cerro del castillo de San Juan fue ocupado por los iberos en el siglo IV a. C., mientras que la romanización dejó huellas en forma de monedas, vasijas y fragmentos de “terra sigillata” en distintas cuevas. Gandía empezaba a consolidarse como punto estratégico entre Roma y Cartago.
Historia de Gandía – Edad Media: del Califato al Reino de Aragón
Bajo dominio musulmán, Gandía fue parte del Califato de Córdoba y se desarrolló como un enclave agrícola y comercial. Tras la conquista cristiana liderada por Jaime I de Aragón en el siglo XIII, la ciudad inició una nueva etapa.
En 1323, Jaime II el Justo concedió el señorío de Gandía a su hijo Pedro de Aragón. A finales del siglo XIV, Alfonso de Aragón el Viejo fue nombrado duque y comenzó una etapa de esplendor: se erigieron el Palacio Ducal, el Monasterio de San Jerónimo de Cotalba y se reformó la colegiata. Gandía se convirtió en centro del Siglo de Oro valenciano con figuras como Ausiàs March y Joanot Martorell.
La era Borja: nobleza y espiritualidad

En 1485, el Ducado pasó a manos de la influyente familia Borja. Rodrigo de Borja, futuro Papa Alejandro VI, compró el título para su hijo. Su nieto, San Francisco de Borja, destacó por renunciar a su fortuna para ingresar en la Compañía de Jesús.
Francisco impulsó la construcción de murallas y fundó la Universidad de Gandía en 1548 con bula papal. Esta institución, regida por jesuitas, fue faro intelectual hasta su cierre en 1772 por orden de Carlos III.
Crisis, resurgimiento y modernidad
La expulsión de los moriscos en 1609 y la ruina de los ingenios azucareros llevaron a Gandía a un largo declive. Durante la Guerra de Sucesión, la ciudad fue escenario de tensiones entre borbónicos y austracistas. Sin embargo, la llegada del siglo XVIII trajo consigo una revitalización económica.
Ya en el siglo XIX, Gandía destacó por su industria de la seda, aunque también enfrentó crisis por plagas y competencia extranjera. El ferrocarril marcó el inicio de la modernidad, conectando la ciudad con Alcoy, Denia y Carcagente. En el XX, la Guerra Civil dejó su huella con bombardeos, pero la ciudad se recuperó.
Historia de Gandía: Turismo, cultura y legado
Durante el franquismo y los años 60, Gandía vivió un auge urbanístico y turístico. Anexó los municipios de Beniopa y Benipeixcar, hoy barrios de la ciudad. La costa, el clima y su historia la transformaron en un destino internacional.
Hoy, Gandía combina playas con legado cultural. Sus monumentos, museos y festivales celebran un pasado vibrante. La historia no sólo se cuenta, se respira en cada rincón de esta ciudad centenaria.
Gandía es un espejo del tiempo: desde cuevas prehistóricas hasta palacios renacentistas y playas modernas, cada etapa de su historia ha moldeado su carácter. Descubrir Gandía es entender el alma de la Comunidad Valenciana.
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Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Gandia
https://www.comunitatvalenciana.com/