
Desarticulada una Red de Trata con Fines de Explotación Sexual en Valencia y Alicante: Análisis de un Delito de Lesa Humanidad
La lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, considerada una de las violaciones más graves de los derechos humanos y una forma moderna de esclavitud, ha registrado un avance significativo en la Comunidad Valenciana. Recientemente, la Policía Nacional desarticuló una red criminal que operaba en pisos de las provincias de Valencia y Alicante, culminando con la detención de tres hombres de entre 30 y 51 años de edad.
Los arrestados, localizados en Gandia (Valencia) y un municipio de la Marina Alta (Alicante), enfrentan cargos graves: trata de seres humanos con fines de explotación sexual y agresión sexual. La operación pone de relieve la persistencia de este fenómeno delictivo en la región, un delito que el Código Penal (CP) tipifica en el Capítulo V del Título VIII del Libro II, incluyendo la prostitución y explotación sexual de mayores de edad (Artículo 187).
El Engaño y la Explotación Sistémica
El modus operandi de la red se centró en la captación de la víctima en Talavera de la Reina (Toledo), explotando su situación de precariedad económica. Un hombre la convenció mediante engaño, ofreciéndole falsamente un trabajo en el sector de la restauración. Este aprovechamiento de la necesidad es un factor que la ley penal considera como una circunstancia de vulnerabilidad personal o económica.
Una vez trasladada a un piso en Gandia, la víctima fue forzada a ejercer la prostitución y obligada a entregar la totalidad de los ingresos obtenidos. El CP establece que determinar a una persona mayor de edad a ejercer o mantenerse en la prostitución mediante engaño o abusando de su situación de vulnerabilidad se castiga con penas de prisión de dos a cinco años. Se considera que hay explotación cuando concurre la vulnerabilidad de la víctima o se le imponen condiciones gravosas, desproporcionadas o abusivas para el ejercicio.
La mujer fue sometida a un cautiverio de aproximadamente dos meses, siendo forzada a prostituirse en varios pisos de Gandia y la Marina Alta. Las condiciones impuestas eran extremas: no se le permitía un horario ni descanso establecido, y su acceso a la comida era limitado. Además de la explotación, se le obligó a mantener relaciones sexuales sin protección cuando los clientes lo demandaban, lo que agravó su vulnerabilidad.
La violencia fue utilizada de forma sistemática como castigo. En un acto de represalia por negarse a cumplir las exigencias de sus explotadores, la mujer sufrió agresiones físicas y sexuales, incluyendo quemaduras en el pecho con un cigarrillo. Es fundamental notar que, conforme al marco legal, las penas impuestas por los delitos de explotación sexual no excluyen que se impongan también las penas correspondientes por las agresiones sexuales cometidas sobre la persona prostituida.
Respuesta Institucional y Marco Legal de Protección
La investigación y desarticulación de esta red fue liderada por la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de Valencia, en colaboración con la Comisaría Local de la Policía Nacional en Gandia. La UCRIF es la unidad policial especializada en investigar actividades delictivas relacionadas con el tráfico de personas.
El delito de trata de seres humanos, según el Artículo 177 bis del CP y el Protocolo de Palermo, incluye la captación, el traslado y la explotación recurriendo a la violencia, la intimidación o el engaño, o el abuso de una situación de vulnerabilidad. La ley aclara que hay vulnerabilidad cuando la víctima «no tiene otra alternativa, real o aceptable, que someterse al abuso».
La Comunidad Valenciana cuenta con un robusto sistema de apoyo para las víctimas. Las víctimas de trata tienen derecho a asistencia legal, psicológica, social y a recursos residenciales apropiados. Las Oficinas de Asistencia a Víctimas del Delito (OAVD) y organizaciones especializadas como Médicos del Mundo Comunidad Valenciana, Villa Teresita, Fundación APIP-ACAM, Cáritas Diocesana, y Cruz Roja, ofrecen atención integral para la recuperación física, psicológica y social de las víctimas.
Para reportar este tipo de delitos de manera anónima y confidencial, la Policía Nacional dispone de la línea telefónica 900 105 090 y el correo electrónico trata@policia.es. Es crucial entender que la denuncia y la posterior asistencia a la víctima no deben estar condicionadas a su colaboración con las autoridades policiales o judiciales.
Los tres detenidos han sido puestos a disposición judicial para continuar con el proceso legal, enfrentando penas que buscan disuadir a los perpetradores y reflejar el profundo daño a la integridad de la víctima.








