
El verano trae consigo días interminables de sol y temperaturas que, en ocasiones, superan los 40 °C, poniendo en riesgo la salud de la población. Cómo protegerte del calor extremo es la guía esencial para que afrontes las olas de calor con seguridad, desde la hidratación adecuada hasta la planificación de tus actividades al aire libre.
Contexto y riesgos del calor extremo
Las olas de calor son episodios prolongados de temperaturas anormalmente altas que afectan la salud pública y la infraestructura urbana. En los últimos años, diversas regiones han registrado picos superiores a 40 °C, lo que incrementa la incidencia de golpes de calor, deshidratación y problemas cardiovasculares [Fuente: AEMET, https://www.aemet.es]. Entender los peligros asociados al calor extremo es el primer paso para adoptar medidas preventivas y reducir el impacto en nuestra salud.
Impacto del cambio climático
El calentamiento global intensifica la frecuencia y duración de las olas de calor. Según la Organización Mundial de la Salud, el número de días calurosos ha aumentado significativamente en las dos últimas décadas [Fuente: OMS, https://www.who.int]. Los registros climáticos indican que, en promedio, cada año se sufre un 10 % más de días con temperaturas extremas, lo que obliga a adaptar nuestros hábitos y entornos para mitigar sus efectos.
Hidratación y nutrición inteligente
Mantener un nivel óptimo de líquidos es vital. Se recomienda beber al menos dos litros de agua al día, aun cuando no se sienta sed, y complementar con bebidas isotónicas si la actividad física es intensa. Incluye en tu dieta frutas ricas en agua como sandía y melón, y verduras frescas como pepino y lechuga. Evita el alcohol y las bebidas con cafeína, ya que favorecen la deshidratación [Fuente: OMS, https://www.who.int].
Vestimenta y protección solar
La elección de la ropa adecuada puede reducir hasta un 30 % la sensación térmica. Opta por tejidos transpirables y colores claros que reflejen la luz solar. Incorpora gorras o sombreros de ala ancha y gafas con filtro UV para proteger la cabeza y los ojos. Aplica crema solar de amplio espectro (SPF 30 o superior) cada dos horas, incluso en días nublados, para evitar quemaduras y el riesgo de cáncer de piel.
Adaptación del entorno doméstico y laboral
Crear espacios frescos en casa y en el trabajo es clave. Cierra persianas y cortinas durante las horas de más sol, y ventila al amanecer o al atardecer, cuando la temperatura es más baja. Usa ventiladores de techo o de pie y distribúyelos estratégicamente. Si dispones de aire acondicionado, programa el termostato a unos 24–25 °C para un confort saludable sin un consumo excesivo de energía.
Organización de actividades y planificación
Evita el ejercicio intenso y las tareas al aire libre entre las 11:00 y las 17:00, cuando el sol está en su punto más alto. Programa paseos, trabajos de jardinería o deporte temprano por la mañana o al caer la tarde. Si debes trabajar expuesto, haz descansos frecuentes en zonas sombreadas y bebe pequeños sorbos de agua cada 15–20 minutos.
Uso responsable de sistemas de refrigeración
Los aires acondicionados y los ventiladores son aliados, pero deben emplearse con moderación. Limpia filtros y rejillas antes de la temporada alta para garantizar su eficiencia. En el caso de aparatos portátiles, sitúalos cerca de una ventana parcialmente abierta para permitir la renovación del aire. Recuerda desconectar equipos en desuso: cada grado menos en el termostato puede suponer hasta un 7 % más de consumo energético.
Señales de alerta y actuación ante insolación
Reconocer los síntomas de un golpe de calor puede salvar vidas: piel muy caliente y seca, pulso acelerado, náuseas, mareos, confusión o pérdida de conciencia. Ante estos signos, traslada a la persona a un lugar fresco, ofrécele agua y aplica compresas frías en cuello, axilas e ingles. Si no mejora en 10 minutos, solicita ayuda médica de inmediato.
Atención especial a grupos vulnerables
Niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas son más susceptibles al calor extremo. Vigílalos constantemente y garantiza que permanezcan en espacios frescos e hidratados. Durante las olas de calor, revisa a tus mayores o vecinos solitarios y ofréceles apoyo para comprar agua, medicación o alimentos frescos.
Conclusión
Afrontar el calor extremo requiere combinar hábitos saludables, adaptación del entorno y atención a quienes más lo necesitan. Con estos consejos, estarás mejor preparado para disfrutar del verano sin riesgos innecesarios.