No soy una chef con estrella Michelin ni mucho menos. Pero si hay algo que tengo claro es que en Gandía no se viene a contar calorías. Aquí se come. Y se come bien. Así que si andas de paseo por esta joya mediterránea y no pruebas estas siete delicias locales… mejor ni digas que estuviste.
1. Fideuà
La estrella indiscutible. El plato que pone a Gandía en el mapa gastronómico. Es como la paella, pero con fideos cortos en vez de arroz. Lleva marisco, caldo potente de pescado y, por supuesto, un buen alioli que puede levantar a un muerto. Dicen que lo inventaron unos pescadores con lo que tenían a mano. Y bendito invento.
2. Esgarraet
Una ensalada fría de pimiento rojo asado, bacalao y aceite de oliva. Parece poca cosa, pero es pura poesía valenciana. Te lo sirven como tapa, pero podrías comerte un bol entero sin pestañear.
3. Arroz al horno

Este plato es para los que aman los sabores contundentes. Arroz, garbanzos, morcilla, costillas, patata… todo al horno y todo junto. El tipo de comida que te abraza desde dentro. Y que te pide siesta después, ojo.
4. Suquet de peix
Un guiso de pescado que sabe a domingo en casa de la abuela. Tiene su sofrito, sus patatas, su toque de azafrán… No es un plato de postureo. Es uno que te reconcilia con el mar.
5. Coques
Son como pizzas valencianas. Algunas dulces, otras saladas. Las encuentras con sardinas, espinacas, longaniza o calabaza. Aquí en Gandía incluso hacen fiestas en su honor. Porque sí, están así de buenas.
6. Figatells
¿Te suena raro? Pues prueba antes de juzgar. Son como mini hamburguesas hechas con carne picada y algo de hígado, envueltas en redaño y a la plancha. Suena intenso. Y lo es. Pero si te gusta lo auténtico, te vas a enamorar.
7. Horchata con fartón
No podía faltar el postre (aunque técnicamente es una merienda). La horchata se hace con chufa, que no es una nuez ni un cereal, sino un tubérculo con superpoderes refrescantes. Y el fartón… es el compañero perfecto. Mojado, claro. Sin vergüenza.
Para terminar…
Gandía no va de platos caros ni de restaurantes con camareros estirados. Aquí el lujo es otro: sabores que te cuentan historias, recetas que vienen de abuelas y marineros, y comidas que se alargan porque nadie tiene prisa. ¿Te faltó alguno en la lista? Pues ya tienes excusa para volver.
Consulte también artículos muy interesantes en la categoría Estilo de Vida. Ver más AQUÍ